lunes, 29 de abril de 2013

Holy Motors




Título: Holy Motors

Director: Leox Caras

Año: 2012


El año pasado llegó a nuestras salas Holy Motors. Tras irrumpir en el festival de Sitges y recibir críticas muy diversas y controvertidas tenías ganas locas por verla, pero como la mayoría de los cines de nuestro país dan la espalda a películas con un público más selecto y no tan comercial pues me quede con las ganas, ya que me era imposible acudir a la sala más cercana que la reproducían. Con el tiempo conseguí verla pero no en las condiciones que más  me hubiesen gustado ya que era en francés sin subtítulos… Bien es verdad que no posee mucho diálogo y gracias a ello pude disfrutarla, pero ahora que por fin ha salido en blu ray en V.O.S.E  la he adquirido y la he podido ver con tranquilidad y entendiendo esos pocos pero interesantes diálogos.

Contar el argumento de Holy Motors con un comienzo, nudo y desenlace como si se tratase de una historia más seria complicado por no decir imposible, ya que no es una película cualquiera, es algo distinto, para mí es un homenaje a todo tipo de cine en unos 115 minutos. Creo que para visionarla el único requisito clave es la de no pensar en si es coherente o no, ya que lo mejor es sentarte darle al play y disfrutar de cada imagen, cada secuencia y cada palabra.
La historia relata la vida de Oscar (Denis Lavant) durante un día. Ese día consiste en montarse en una limusina y realizar diferentes papeles, diferentes vidas, diferentes mini películas. El actor está fantástico, creo que es muy complicado realizar en una sola cinta varios perfiles tan diferentes y variopintos, y lo que es más complicado hacerlo en tan corto tiempo de metraje en cada uno de ellos. La película comienza en un cine, dicho comienzo lo dejo para el final ya que es la parte que más me llamó la atención, a partir de esa secuencia Oscar hará primero de empresario que comercializa con armas; su segundo papel pega un cambio radical con el anterior ya que de la limusina bajará una señora mayor con una pose curvada totalmente y que anda con unas especie de muletas, se colocará en plena calle de Paris y pedirá limosna…Quién me lea dirá...”vaya un sinsentido” y sí, lo es, pero que gran sinsentido!!

Tras la anciana, le tocará un actor que entra en una especie de realidad virtual, donde practicará artes marciales, usará armas y tendrá un encuentro brutalmente impactante con una mujer, o eso creía. El siguiente papel creo que es mi favorito, se trata de un vagabundo feo y con grandes dosis de desaliño que caminando por un cementerio, se encuentra con una modelo en mitad de sesión de fotos, nada más y nada menos que una preciosa Eva Mendes perfectamente iluminada y  filmada. Tras ese encuentro la raptara y se desatará unas escenas tan raras como elegantes empujando al film cada minuto que pasa a un escalón mayor de nivel.  Aun quedan más papeles como el de un padre de familia que discute con su hija tras la salida de una fiesta, un anciano en el ocaso de su  vida, o el de un asesino que matará a un ser por un hecho quizás ocurrido en un tiempo pasado. Entre esos actos ocurre una escena que me sorprendió y fascino, una especie de paréntesis  en donde Oscar será un músico que toca dentro de una iglesia y al que se le van sumando  más músicos hasta componer una perfecta melodía.
Mi otra escena favorita ocurre cuando su limusina choca con otra y mientras los chóferes discuten, Oscar hablará con una chica que trabaja en lo mismo que él en la otra limusina y que se conocían de antes, esa es nada más y nada  menos que Kylie Minogue que tras hablar del pasado con Oscar deslumbrará cantando una fantástica canción. Estamos llegando al final del film y ahí es donde pararé de relatar sobre lo que ocurre ya que es tan impensable e inimaginable que merece la pena ser visto y dejarte sorprender.

Como he dicho antes, la primera escena comienza en un cine, un  cine lleno de público, pero ese público tiene los ojos cerrados. Aquí se produce una metáfora ya que todos los papeles que hace Denis Lavant los realiza sin ser filmados en la película, es decir está actuando para nadie, para un público con los ojos cerrados por ejemplo. Entre un viaje y otro en una escena  aparece un prestigioso actor y productor francés como es Michel Piccoli el cual pregunta a Oscar que si disfruta con su trabajo y este le responde que sí, ya que disfruta con la belleza del acto y esa belleza está reflejada en la mirada del espectador; Piccoli cerrará la escena preguntándole, “¿Y si no hay espectadores?

Ya he ido diciendo escenas y características de la película que la hacen grande, pero concluiré reuniéndolas de nuevo, ya que  merece la pena nombrar al responsable de todo esto que no es otro que Leox Caras como padre de esta obra maestra, también nombrar a  Yves Caper y Caroline Champetier como autores de esa perfecta fotografía, por esa manera de enfocar Paris, por ese modo de resaltar aun más si cabe a Eva Mendes y por darle la mayor veracidad posible a este producto. Esta obra encumbra al cine Francés en el 2012 dónde se merece ya que si a Holy Motors añadimos Intocable o En la casa, estamos hablando de tres joyas que en un mañana se recordaran como lo que son, ejemplos de buen cine.




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