Título: Holy Motors
Director: Leox Caras
Año: 2012
El año pasado llegó a nuestras
salas Holy Motors. Tras irrumpir en el festival de Sitges y recibir críticas
muy diversas y controvertidas tenías ganas locas por verla, pero como la
mayoría de los cines de nuestro país dan la espalda a películas con un público
más selecto y no tan comercial pues me quede con las ganas, ya que me era
imposible acudir a la sala más cercana que la reproducían. Con el tiempo
conseguí verla pero no en las condiciones que más me hubiesen gustado ya que era en francés sin
subtítulos… Bien es verdad que no posee mucho diálogo y gracias a ello pude
disfrutarla, pero ahora que por fin ha salido en blu ray en V.O.S.E la he adquirido y la he podido ver con
tranquilidad y entendiendo esos pocos pero interesantes diálogos.
Contar el argumento de Holy
Motors con un comienzo, nudo y desenlace como si se tratase de una historia más
seria complicado por no decir imposible, ya que no es una película cualquiera,
es algo distinto, para mí es un homenaje a todo tipo de cine en unos 115
minutos. Creo que para visionarla el único requisito clave es la de no pensar
en si es coherente o no, ya que lo mejor es sentarte darle al play y disfrutar
de cada imagen, cada secuencia y cada palabra.
La historia relata la vida de
Oscar (Denis Lavant) durante un día. Ese día consiste en montarse en una
limusina y realizar diferentes papeles, diferentes vidas, diferentes mini
películas. El actor está fantástico, creo que es muy complicado realizar en una
sola cinta varios perfiles tan diferentes y variopintos, y lo que es más
complicado hacerlo en tan corto tiempo de metraje en cada uno de ellos. La
película comienza en un cine, dicho comienzo lo dejo para el final ya que es la
parte que más me llamó la atención, a partir de esa secuencia Oscar hará
primero de empresario que comercializa con armas; su segundo papel pega un
cambio radical con el anterior ya que de la limusina bajará una señora mayor
con una pose curvada totalmente y que anda con unas especie de muletas, se
colocará en plena calle de Paris y pedirá limosna…Quién me lea dirá...”vaya un
sinsentido” y sí, lo es, pero que gran sinsentido!!
Tras la anciana, le tocará un
actor que entra en una especie de realidad virtual, donde practicará artes
marciales, usará armas y tendrá un encuentro brutalmente impactante con una
mujer, o eso creía. El siguiente papel creo que es mi favorito, se trata de un
vagabundo feo y con grandes dosis de desaliño que caminando por un cementerio,
se encuentra con una modelo en mitad de sesión de fotos, nada más y nada menos
que una preciosa Eva Mendes perfectamente iluminada y filmada. Tras ese encuentro la raptara y se
desatará unas escenas tan raras como elegantes empujando al film cada minuto
que pasa a un escalón mayor de nivel.
Aun quedan más papeles como el de un padre de familia que discute con su
hija tras la salida de una fiesta, un anciano en el ocaso de su vida, o el de un asesino que matará a un ser
por un hecho quizás ocurrido en un tiempo pasado. Entre esos actos ocurre una
escena que me sorprendió y fascino, una especie de paréntesis en donde Oscar será un músico que toca dentro
de una iglesia y al que se le van sumando
más músicos hasta componer una perfecta melodía.
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Mi otra escena favorita ocurre
cuando su limusina choca con otra y mientras los chóferes discuten, Oscar
hablará con una chica que trabaja en lo mismo que él en la otra limusina y que
se conocían de antes, esa es nada más y nada
menos que Kylie Minogue que tras hablar del pasado con Oscar deslumbrará
cantando una fantástica canción. Estamos llegando al final del film y ahí es
donde pararé de relatar sobre lo que ocurre ya que es tan impensable e
inimaginable que merece la pena ser visto y dejarte sorprender.
Como he dicho antes, la primera
escena comienza en un cine, un cine
lleno de público, pero ese público tiene los ojos cerrados. Aquí se produce una
metáfora ya que todos los papeles que hace Denis Lavant los realiza sin ser
filmados en la película, es decir está actuando para nadie, para un público con
los ojos cerrados por ejemplo. Entre un viaje y otro en una escena aparece un prestigioso actor y productor francés
como es Michel Piccoli el cual pregunta a Oscar que si disfruta con su trabajo
y este le responde que sí, ya que disfruta con la belleza del acto y esa
belleza está reflejada en la mirada del espectador; Piccoli cerrará la escena
preguntándole, “¿Y si no hay espectadores?
Ya he ido diciendo escenas y
características de la película que la hacen grande, pero concluiré reuniéndolas
de nuevo, ya que merece la pena nombrar
al responsable de todo esto que no es otro que Leox Caras como padre de esta
obra maestra, también nombrar a Yves
Caper y Caroline Champetier como autores de esa perfecta fotografía, por esa
manera de enfocar Paris, por ese modo de resaltar aun más si cabe a Eva Mendes y
por darle la mayor veracidad posible a este producto. Esta obra encumbra al
cine Francés en el 2012 dónde se merece ya que si a Holy Motors añadimos
Intocable o En la casa, estamos hablando de tres joyas que en un mañana se
recordaran como lo que son, ejemplos de buen cine.
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