miércoles, 8 de mayo de 2013

Diarios de Motocicleta




Título: Diarios de Motocicleta

Director: Walter Salles

Año: 2004

Por fin la he visto, y no entiendo como he esperado tanto para hacerlo.

Tras ver  no hace mucho On the Road de Walter Salles pensé que era el momento idóneo para poder ver esta cinta que tanto me ha fascinado. La gran perjudicada de ello es sin duda la mencionada en la línea anterior que no hace un mes que vi en el cine. Se puede decir que aunque ambas historias sean paralelas y jamás lleguen a cruzarse, al fin y al cabo se están narrando en ambas un libro basado en notas y apuntes del protagonista, y con una línea argumental que en su base si coincide y es en el hecho de que en ambas se realizar un viaje por un motivo, el viajar por viajar y conocer mundo.  Sin leer On the Road, pero escuchando opiniones de aquellos que sí lo han hecho, se que no es nada fácil llevarlo a pantalla, pero me cuesta creer como puede cargar un mismo director su película de alma y sensaciones y sin embargo la otra vaciarla de las mismas.

No voy a entrar más en comparaciones entre ambas ya que cada película es un mundo y Diarios de Motocicleta no se merece que pierda más palabras sin que estas se centren única y exclusivamente a ella.
Por dónde empezar…lo haré hablando del argumento. Diarios de Motocicleta cuenta la historia de dos amigos estudiantes, Ernesto Guevara (medicina) y Alberto Granado (bioquímica), que deciden poner un punto y aparte en sus vidas y junto a una moto se van a recorrer toda la geografía latinoamericana empezando en su Argentina natal, pasando por la Patagonia, Chile, Perú, Colombia y terminando en Venezuela.

En esta línea argumental se van notando giros en los personajes, en sus ideas y en sus sentimientos. Por un lado el gran amigo Alberto Granado (Rodrigo de la Serna), el cual comienza la historia pareciendo ser una persona divertida, chistosa, fiestera y con gran picardía tanto para las mujeres como para ganarse la vida; el paso de la historia será muy influenciado por su acompañante hasta poco a poco convertirse en una persona que empieza a darse cuenta de las importancia de las cosas y de las desgracias humanas, pero sin embargo no se verá inmerso en un cambio total de pensar, pensamientos más fríos.
Por otra parte está Ernesto Guevara (Gael García Bernal) que como bien dice al final de la película con la frase de “Ya no soy yo, por lo menos no soy el mismo yo interior”, sufrirá un cambio radical en su pensamiento. Comenzará como un chico que a pesar de llevar una vida buena y con una carrera a punto de terminar, decide aparcar las 4 asignaturas que le quedan para irse de viaje, síntomas de despreocupación y de aventurero y ganas por conocer. En los primeros meses de aventura se verá un Ernesto con mucho éxito con las mujeres, un ser pasional que parece olvidar el fin de su viaje por un pasajero amor antes de salir de Argentina; tras ello se reconducirá el viaje junto a Alberto y marcharán a Chile, donde tendrá constantemente en su cabeza la chica que conoció pareciendo inmerso en una burbuja que le separa de la realidad. 

Poco  a poco dejando la zona árida de Chile y profundizan en su interior, rodeado de un clima más húmedo, con un estamento social más bajo ya que muchos son campesinos o gente sin empleo que se gana la vida en trabajos duros y mal remunerados como ocurre en la escena de los mineros  y es aquí donde Guevara comienza a ver trágicas historias y grandes injusticias, entrando en una fase que parece dejar atrás su “amor” y en la que se centra en analizar esos problemas de esa sociedad. Marchan de Chile a Perú donde llegan  a un hospital, de un nivel bajo por cierto, en donde se quedarán unos días como voluntarios ayudando a muchos enfermos junto con médicos y monjas. Un hecho le llama la atención, ese hecho es que de una isla a otra le separa un río que margina a los enfermos de los trabajadores, ya que estos solo van a allí a curar y a estar con ellos pero cuando acaban su jornada vuelven a su residencia olvidándose del resto. Ernesto comenzará a relacionarse con estos enfermos y a hacerlos felices en la medida de lo que puede hasta que llega la hora de marchar.

En ese adiós se verá por primera vez a un de momento oculto Ernesto “Che” Guevara dando un discurso de agradecimiento por la noche junto con los médicos y monjas mientras que celebran su cumpleaños. Tras ese discurso protagonizará LA ESCENA de la cinta, ya que en plena noche cruzará el río nadando para celebrarlo también con esos enfermos que tanto le habían enseñado. Cuando le llega la hora de la despedida, la imagen de todas aquellas personas diciéndole adiós  mientras su barca se profundiza en el río se le quedará clavada en su interior. 

Al llegar a Venezuela tras pensar y pensar decide no volver hacia Argentina, decide intentar remediar toda esa injusticia que esos meses le habían mostrado, cambiándole por completo , pasando de preocuparse por una chica de seis días a preocuparse por la cruel realidad del mundo. Pasando de ser Ernesto Guevara al Comandante Che Guevara.

La película de Walter Salles al cual hay que aplaudir por esta obra de cine, cuenta con numerosas escenas que se quedan en el recuerdo. El arranque es fantástico con esa voz narradora de Gael García y con ese comienzo de viaje; en ningún momento la historia decae, sin embargo los últimos 40 minutos sube aun más un escalón que junto con un gran final completa 2 horas magníficas de cine. El responsable de la fotografía es Eric Gautier que al igual que en Hacia Rutas Salvajes o en On the Road deja claro que el rodar paisajes y hacerlos destacar en las películas es su fuerte. Por otro lado en el corto reparto de la pareja de amigos, hay que destacar a ambos, los dos están perfectos, nos ponemos en sus personajes, y nos metemos con ellos en la historia. Por último destacar al gran maestro de esta cinta y tan desaprovechado en On the Road, ya que Gustavo Santolalla creo que aporta un tanto por ciento muy alto con su música, hace que la aventura con la moto sea prometedora, hace que esas desgraciadas vidas sean aun más indígenas y consigue enmarcar la narración de Gael.

Poco más puedo decir, solamente que al que aun  no la haya visto, no espere tanto como yo para hacerlo.

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